lunes, 8 de octubre de 2007

Manifestación solidaria con el Pueblo Saharaui, 10 de noviembre, Madrid. ¡Necesitamos 100.000 ciudadan@s libres! ¡Ayúdanos a conseguirlo!

En todas las comunidades se organizarán autocares. Para obtener más información puedes ponerte en contacto con la asociación saharaui de tu localidad

Cuando un ser humano muy próximo depende de ti -un hijo, una hija, una persona mayor, un familiar enfermo, un amigo necesitado... -, abandonarle sin escrúpulos es, cuando menos, un crimen moral. En una sociedad que dice querer construir un futuro solidario, digno, justo y libre para sus ciudadanos, dejar en la estacada a la parte de esa misma colectividad que no sólo no goza de sus mismos derechos sino que, además, vive de prestado sumida en el terror, cuando esto sucede, tenemos delante un problema social de primer orden.

El Pueblo Saharaui cuenta con la ley internacional de su lado y es aun hoy -también con la ley en la mano- parte del Estado español en tanto que éste es la potencia administradora de un territorio no autónomo (de)pendiente de descolonización, algo que nos convierte a los ciudadanos de ese estado en esclavos de un pasado que deberíamos superar si pretendemos traspasar a nuestros hijos la herencia de unas vidas dignas y coherentes (las nuestras) para que ellos sigan avanzando en la consecución de una sociedad humana mejor que la presente.

La indignidad a la que están sometidos por la fuerza los saharauis no es sólo la suya, es también, y sobretodo, la nuestra, la de los ciudadanos y ciudadanas de la piel de toro. El Sáhara Occidental, mal les pese a algunos, es el principal problema ético de la sociedad española, un problema que convendría resolver con urgencia no ya por una cuestión de solidaridad, sino por puro egoísmo, para no tener que explicar nunca a nuestros hijos ni a nuestros nietos porqué queriendo lo mejor para ellos dejamos morir desangrándose a un pueblo hermano, noble, pacífico y generoso que fue, y aun ahora lo es, carne de nuestras fronteras.

Los valores morales de los ciudadanos de este rincón del planeta entrarán más pronto o más tarde en una espiral de corrupción si no somos capaces de transformar el conflicto saharaui en un dilema ético individual. El principal problema ético que nos ha tocado en suerte resolver en relación a nuestras responsabilidades con este maldito mundo globalizado.

Sahara Resiste

+ información en SAHARA RESISTE: Mani 10 Nov 2007

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