Generación de la Amistad Saharaui
17 de diciembre de 2007
No sé como empezar a hablarles de este libro Versos Refugiados, mi compañero y amigo Ebnu lo ha dicho todo sobre el libro en la introducción que amablemente me hizo, pero sí quiero destacar dos factores fundamentales que me motivaron a escribir este libro: la convicción que tengo de mis ideas y en la causa por la que estoy aquí exiliado; el amor que tengo a la poesía que me ha sido transmitido desde pequeño por mi madre.
Estos dos ingredientes me ayudaron para escribir este libro en diferentes lugares y momentos.
A veces tempranito por la mañana y en otras ocasiones cuando me asaltaban algunas ideas movidas por un hecho que me conmueve el corazón:
Injusticias, traición, mentiras o simplemente algo maravilloso que desfila ante mis ojos por muy circunstancial y repentino que fuera: la belleza, la inocencia, la transparencia o tal vez la indiferencia y egoísmo de los hombres que representan el poder, traicionando a los ciudadanos con falsas promesas y elocuentes discursos.
Siempre me he sentido saharaui africano hasta la saciedad, nunca me sentí árabe, sino afro árabe porque es mi realidad, que nadie puede ignorar.
El libro lo terminé estando mi madre viva, la maestra que me enseñó a leer y escribir en una tabla de madera, ojalá aún viviera, para tocarlo y abrir con sus francas manos estas páginas. Sin embargo no ha podido ser así, y el libro es un homenaje a ella como madre y como maestra.
Hay poemas que recoge el libro inspirados en ella estando aún viva en los campos de refugiados saharauis, cuando hablaba con ella por teléfono, gratos encuentros de los que siempre sacaba una historia perdida en la memoria.
Otros acaparan muchos acontecimientos y momentos vividos entre los años de la guerra, la vida en los campos del exilio y en la diáspora con sus dificultades y consecuencias que me siguen golpeando. A veces indocumentado o en busca de una identidad que no es la mía.
Junto a Versos refugiados también acaba de ver luz la antología bilingüe español inglés “31, Thirty One” editada por la editorial Sombrerete y recopilada por el profesor Pablo San Martín de la Universidad de Leeds, y que está presente aquí a través de María de la Universidad Autónoma.
Mi gratitud a mi amiga y profesora de la Universidad de Alcalá de Henares, Carmen Valero Garcés, quien con su esfuerzo y empeño hizo realidad mi sueño, consiguiendo además que el libro fuera a nacer cerca de la casa de Cervantes, el Quijote y Sancho Panza. Gracias a Shiraz Medgiche, que está hoy con nosotros en su nombre y en el de la universidad. Quiero recordar las palabras que Carmen dedica en el prólogo a la promesa de publicar Versos Refugiados: “Escribir poesía es siempre un acto de fe; es dejar un trozo de uno mismo a disposición del lector con la esperanza de que nos escuche y nos comprenda. Cuando recibí el manuscrito de Versos Refugiados de manos del propio autor, Bahia Mahmud Awah, pensé que era un honor que depositara en mí tal tesoro y a su vez un acto de fe por su parte al creer que yo lo leería y haría partícipe de esa lectura a otros. Me comprometí a intentar no defraudarle y la mejor forma de hacerlo era conseguir que el manuscrito saliese a la luz para deleite de otros lectores. Mientras andaba en todo ello, un apreciado colega me regaló una edición crítica de poemas de Gustavo Adolfo Bécquer, publicada en EEUU, y a los poco días el poeta Antonio Gamoneda, referente inequívoco de la escena cultural actual, Premio Nacional de Poesía en 1988 y premio Reina Sofía de poesía, era galardonado con el premio Cervantes en su edición de 2006. Consideré tales coincidencias impulsos de energía y signos de buenos presagios. Aceleré los contactos y los apoyos surgieron sin resistencia: el Vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria de la Universidad de Alcalá dio el visto bueno para su publicación, y a través del Convenio de Colaboración de Ibercaja (Obra Social y Cultural) con la Universidad de Alcalá (UAH) y dentro del programa Universidad para los Inmigrantes de la UAH en el que participa la Fundación General de la Universidad (FGUA) se consiguió su financiación. Así, ahora que tienes este libro en tus manos espero haber cumplido mi promesa y espero también haber abierto el corazón a otros muchos lectores”.
No olvido a Ebnu y el maravilloso prólogo que dedicó a Versos Refugiados, y también a mi querida paisana Maribel Lacave por su sincera amistad y la dedicatoria con la introducción que me envió desde la isla de Quinchao, Chile. Y a mi estimada Ana Rossetti, escritora admirada, que nos ha acompañado siempre desde que nos vio nacer como grupo Generación de la Amistad en julio de 2005 durante el congreso fundacional de los escritores saharauis. Gracias por estar siempre ahí y por tus buenas ideas.
Gracias a la Casa de Africa y a Michel por hacerme sentir que estoy siempre en mi casa africana. Mi gratitud a quién me ayudó en la elaboración de este libro, a Conchi, mi compañera de lucha.
Bahia Mahmud Awah, 14 de diciembre de 2007
Generación de la Amistad Saharaui
Qué hago por ti
Otros días más sin ti, otros meses.
¿Otros años más sin ti?
¿Qué hago?
¿Me desespero o me radicalizo?
Pintaré de verde
¡fuera de mi casa intrusos!
en la fachada azul del mundo.
Y si no me escuchan, otra vez,
¿qué hago?
Escoge entre tu muerte sigilosa,
porque no te escucharán,
o las armas,
las armas legales,
las armas legales. Sí que te escucharán
temblando sus amos porque tu razón
contundente les hará morder la verdad.
La espera
Dicen los ancianos de nuestra
badia
“A quien aguanta le llegará
la sombra”.
Tres décadas
no nos desesperan porque
la tierra
gira y el anciano cuenta sus pasos
y nunca miente.
El dolor
Los gemidos del dolor los escucho
a cada rato en este inmenso
pedregal que es mío.
Los gemidos de su dolor
los escucho
detrás de esos muros que no
cesan
de tocar sus trompetas de muerte
y horror.
Qué llantos se escuchan detrás
de estos muros,
que separan
entre la vida y la muerte,
entre el dolor y la rabia,
entre la verdad y la mentira.
Estos muros serpentean
de norte a sur
con su cabeza de llamas rojas
y su cola
de negro veneno,
maravillas del terror, ruinas
de una monarquía que aterra,
mata,
calcina y cosecha tempestades
en este inmenso pedregal que es nuestro.
Fuentes:
*Generación de la Amistad Saharaui (blog)
*POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
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