Quien quiera verlo, quien esté dispuesto a viajar por la galaxia saharaui en Internet, no tendrá más remedio que reconocer el enorme potencial y la gran pluralidad de iniciativas impulsadas por el movimiento solidario con el Pueblo Saharaui. Pero a pesar de ello, a pesar de nuestra elevada capacidad de trabajo creativo, todavía tenemos pendiente profundizar mucho más en la agilidad para cooperar estratégicamente en red y en la mejora de la coordinación de nuestros esfuerzos voluntarios, de su VISIBILIZACIÓN y del fortalecimiento del 'cerebro colectivo' de la Resistencia solidaria saharaui (del que formamos parte todos y todas). Hacer crecer nuestro 'cerebro colectivo', o lo que es lo mismo, el intelectual colectivo resistente, quiere decir pensar cada vez más en clave de movimiento social de resistencia y aprender de la experiencia de otros movimientos sociales. Se trata, en definitiva, de buscar nuevas fórmulas de lucha, imaginativas, posibilistas y complementarias a las ya existentes, que sean capaces de romper el cerco de silencio sobre el conflicto saharaui.
Por ejemplo. Estamos en plena campaña electoral y debemos, ante todo, valorar como muy positiva la movilización impulsada por CEAS-Sáhara. Pero aún así, ¿podríamos haber hecho alguna cosa más? Y no se trata, en absoluto, de una crítica. Esta campaña nos parece un paso muy importante, y tras su desarrollo se esconden muchas horas de trabajo. En este sentido, un sobresaliente para el movimiento solidario.
Pero si nos trasladamos por un instante a la última cita electoral, valdrá la pena recordar el hecho de que diferentes compañeros y compañeras del movimiento exhibieron pancartas y banderas saharauis en diversos mítines del PSOE. Por lo que sabemos, en lo que llevamos de campaña para las Elecciones Generales 2008, no se ha repetido ningún acto de estas características. Tampoco es un lamento, pues nos hacemos cargo de la incomodidad que supone este tipo de acciones, sobretodo si al final acaban en expulsión e incluso en juicios por el 'delito' de pretender ejercer la libertad de expresión.
Ahora bien, ¿qué pasaría si le diésemos la vuelta al asunto? ¿Qué pasaría si en el minuto 32 de cada mitin de cualquier partido político celebrado en cualquier lugar del Estado español, un grupo de compañeras y compañeros solidarios se levantasen mostrando banderas saharauis y pancartas A FAVOR del Pueblo Saharaui? Un minuto simbólico, el 32, pues hablase quien hablase en ese momento en el mitin, nos levantaríamos para proclamar nuestra solidaridad con el 32 Aniversario de la proclamación de la RASD.
Con una iniciativa como esta, a favor de la RASD y en contra de nadie, e igual para todos los partidos políticos, ya que se haría en el máximo posible de mítines y en idéntico minuto 32, independientemente de quien interviniese en ese momento, ¿qué sucedería?
¿Tendría impacto mediático? ¿Obligaría a posicionarse en público y en directo a los líderes políticos? ¿Se arriesgaría a echarnos algún partido de alguno de sus mítines? ¿Se arriesgarían a abuchearnos sus militantes y simpatizantes? ¿Se arriesgaría alguien a impedir, ante los medios de comunicación, nuestra libertad de expresión pacífica y exponerse a sufrir el contraste con otros partidos y otros mítines en los que, con toda seguridad, la imagen hubiese sido la de la complicidad con nuestra causa y los aplausos hacía nuestro gesto?
¿Qué hubiese pasado si lo hubiéramos hecho? ¿Estamos aún a tiempo?
¿Estamos todavía a tiempo de transformar el 'minuto 32' de la campaña electoral en nuestro minuto, en EL MINUTO DE LA SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO SAHARAUI?
Sahara Resiste
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