jueves, 8 de noviembre de 2007

Mohamed VI


Vicente Torres
(blog de Periodista Digital)
7 de noviembre de 2007

El próximo día 10 de noviembre, a las 12 horas, tendrá lugar una manifestación que saldrá de Atocha y se dirigirá hacia la Plaza Mayor, por la independencia del Pueblo Saharaui. Mañana, día ocho, algunos representantes de ese pueblo comparecerán ante los medios, a las 12 horas, en el Consejo de la Juventud de la Comunidad de Madrid, sito en la calle San Bernardo, 24- 5ª planta, para dar cuenta de los métodos marroquíes. No hace falta que se esfuercen mucho para ser creídos. Mohamed VI acaba de retratarse una vez más ante los españoles, como antes lo hizo su impresentable padre. Ceuta y Melilla son dos ciudades antiguas. El Reino de Marruecos surgió después. No sólo cuenta la geografía, sino también la historia. La vida en Ceuta y Melilla podría ser mucho más agradable, sino fuera por la caprichosa naturaleza de los reyes marroquíes. Ninguno de los argumentos de Mohamed VI se sostiene, por lo que este caballero demuestra una peligrosa debilidad moral e intelectual. Quizá pretenda que los españoles nos sumemos a la conmemoración de la Marcha Verde, que tanta vergüenza nos debería dar a españoles y marroquíes. Al fondo, el pueblo saharaui mantiene intactas sus justas aspiraciones de independencia. Precisamente, la Marcha Verde estuvo motivada por el dictamen del Tribunal de Justicia de la ONU, que reconocía el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación. Con esa medida de fuerza, el corrupto gobierno marroquí, torció los designios de la Justicia. El ruido que ha logrado hacer con Ceuta y Melilla el vecino reyezuelo no debería hacer olvidar el deber de los españoles de estar junto a los saharauis el próximo sábado, apoyando sus justas reivindicaciones. Lo que no sabe hacer Mohamed VI, a pesar de sus enormes riquezas, es dar de comer a sus súbditos. Para que olviden el hambre, les llena la cabeza de bulos sobre Ceuta, Melilla y el Sáhara. También quiere las Canarias. Todavía no se ha propuesto sacar a su pueblo del subdesarrollo. Lo tendría fácil si llevara a cabo una política de buena vecindad con España. Pero si los marroquíes salieran del subdesarrollo, peligraría su corona. O eso teme.

Fuente: Vicente Torres (blog de Periodista Digital)

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