Marruecos considera a Ali Salem Tamek 'Enemigo Público Nº 1'...
CODESA
13 de marzo de 2008
APPEL: L’ETAT MAROCAIN INTERDIT AU DEFENSEUR SAHRAOUI DES DROITS HUMAINS, ALI SALEM TAMEK DE POURSUIVRE SES ETUDES UNIVERSITAIRES
Je suis un défenseur sahraoui des droits humains et activiste syndicaliste de 35 ans. En raison de mon travail associatif et de mes opinions politiques j’ai été arrêté cinq fois successives par les autorités marocaines. En 2002, j’ai été déplacé contre mon gré à Mekhnès, une ville marocaine à 1400km de ma ville natale et du lieu de ma résidence.
Les autorités marocaines ont refusé l’enregistrement sur le registre de l’état civil du prénom Al Thaoura, « révolution en arabe » que j’ai donné à ma fille, née le 30 septembre 2000. Les mêmes autorités, qui ont essayé de m’interner dans un hôpital psychiatrique pour me faire passer pour un malade mental, m’ont injecté dans la prison, une substance qui a provoqué d’étranges symptômes sur mon corps * ce qui a affecté sensiblement mon état de santé, déjà largement entamé par 22 grèves de la faim antérieures et plusieurs maladies chroniques. Les autorités marocaines m’ont interdit l’accès du territoire du Sahara Occidental en juillet 2006.
J’ai enduré d’inhumaines tortures, les intimidations, les persécutions, les souffrances mais ma famille, non plus, n’a même pas été épargnée car mon épouse a été violée en 2003 par des membres des services secrets marocains de la DST. Elle a livré au quotidien madrilène « El Mundo » un témoignage édifiant –publié le 27 juin 2005- sur les méthodes et procédés des services secrets marocains qui ne reculent pas devant le viol collectif de leur victime pour arriver à leur fin. Depuis 2004 mon épouse vit avec ma fille en Espagne ou elle a bénéficié de l’asile politique.
Aujourd’hui je n’ai même plus le droit de poursuivre mes études puisque la Faculté des Sciences juridiques de l’Université Hassan II à Mohamedia, au Maroc a rejeté la demande d’inscription que j’ai déposée, le 1er octobre 2007, auprès des services compétents, et à laquelle j’avais joint une demande manuscrite et un dossier conformes aux modalités requises. En dépit du fait que la justice au Maroc n’est pas indépendante, j’ai quand même porté plainte pour ce déni de justice.
Cette décision inique est intervenue au moment même où les autorités marocaines ont interdit la tenue du Congrès du CODESA, dont j’étais le Président de la Commission préparatoire. Une violation de plus à ajouter aux innombrables violations dont je suis l’objet de la part des autorités marocaines.
Je lance cet APPEL à tous les démocrates afin qu’ils fassent pression sur l’Etat du Maroc pour me permettre de poursuivre mes études universitaires.
Ali Salem TAMEK,
Ex-prisonnier politique
Membre du Collectif des Défenseurs Sahraouis CODESA
Président de la Commission préparatoire du Congrès interdit
Casablanca, le 13 mars 2008
(*) Document public NWS 21/005/2007 d’Amnesty international
EL MUNDO
27 de junio de 2005
EL FUTURO DE LA EX COLONIA ESPAÑOLA / Auicha Chafia, mujer de Ali Salem Tamek, miembro del Frente Polisario, asegura que uno de sus agresores es un familiar de su marido / El suceso tuvo lugar en junio de 2003
La esposa de un líder saharaui denuncia haber sido violada por cinco policías marroquíes
ALI LMRABET. Especial para EL MUNDO
MADRID.- Antes de comenzar su relato, Auicha Chafia respira hondo y mira a su alrededor para asegurarse de que no la vigilan. En el café madrileño donde está sentada junto a su hija Tawra, esta joven y bella saharaui es consciente de que ha llegado el momento de franquear tabúes y pudores para contar un drama ocurrido hace tiempo.
Después de mirar otra vez hacia la puerta de entrada del café, Auicha comienza en hasanía, el dialecto de los saharauis, a rememorar lo que pasó hace dos años, cuando asegura que fue salvajemente violada por cinco hombres que ella vincula a la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST), la policía política marroquí.
Auicha Chafia es la mujer de Ali Salem Tamek, el conocido sindicalista y miembro activo del Frente Polisario en Marruecos. Símbolo de los saharauis independentistas, Tamek es un quebradero de cabeza para el Ministerio del Interior que intentó por todos los medios comprarlo, silenciarlo o desacreditarlo.
Hace solamente unas semanas, la oficina en Madrid de la agencia oficial de noticias marroquí MAP envió a Rabat un bochornoso teletipo acusándole descaradamente de haber amenazado con «recurrir al terrorismo». Naturalmente, la información era falsa, pero su finalidad era permitir a la prensa oficialista marroquí arremeter contra el joven saharaui que fue posteriormente amenazado de muerte.
La importancia que reviste para el régimen alaui este hombre de pequeña talla y sólidas convicciones, encarcelado infinidad de veces por sus ideas y acorralado permanentemente, es tal que en noviembre del año pasado, durante un encuentro informal con los responsables de la prensa marroquí, el ministro delegado del Interior, Fuad Ali El Himma, acompañado de su homólogo de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, llegó a asegurar que «Tamek era un problema mayúsculo para el reino». En Marruecos, la proximidad a Tamek puede quemar, y eso es lo que pasó a Auicha.
Su drama, según lo cuenta ella, ocurrió en junio de 2003. Acababa de salir de la cárcel de Ait Mellul, cerca de la ciudad de Agadir, donde había visitado a su marido que cumplía entonces una condena de dos años de cárcel por «separatismo», cuando fue interceptada por un coche ocupado por tres hombres. Auicha Chafia estaba, como siempre, acompañada de la pequeña Tawra (que significa revolución).
Sin más contemplaciones, dos hombres la introdujeron por la fuerza en el vehículo y aunque dijeron que eran de la policía, Auicha intentó defenderse con empujones y gritos, luego con lágrimas y súplicas. Pero el penal de Ait Mellul está en campo abierto y alejado de la urbanización más cercana, y generalmente los marroquíes prefieren mirar hacia otro lado cuando se trata de raptos en plena luz del día.
Con su hija llorando la llevaron a un sitio que no conocía, pero que «era seguramente una casa en los alrededores de Agadir».Allí se encontró con «cinco hombres». Al comienzo, estos individuos que se identificaron como «policías» fueron amables pidiéndole solamente información sobre Tamek y sus «amigos del interior y del exterior», pero como se resistía a hablar de «cosas políticas que no entendía», pasaron a otros temas.
Una misión
Le dijeron que tenían una misión que no podía rechazar. «Estaban interesados por dos amigos de Ali Salem. Querían que intentara seducir a Mohamed El Mutawakil [miembro del comité ejecutivo de la ONG de Derechos Humanos, Fórum Verdad y Justicia], y a Lahucin Lidri [destacado militante independentista saharaui], y prevenirles cuando estuviera con ellos en la cama. Me dijeron que me iban a ofrecer un móvil y un número de teléfono donde llamar. Pero yo no soy una puta y quise irme».
Evidentemente no la dejaron salir. Entre insultos y amenazas y haciendo gestos como si fueran a degollar a su hija, pasaron a los hechos. Le quitaron su melhfa, la vestimenta tradicional de los saharauis, y se rieron de sus intentos por esconder sus partes íntimas. Después se pusieron serios y como ella misma relata, «me hicieron lo que ningún ser humano haría a otro».«Delante de mi hija comenzaron a manosearme, a meter su mano donde no debían. Luego me atraparon por la fuerza y me hicieron cosas por delante y por detrás. Por la boca también ». Por pudor, Auicha no utiliza los verbos violar, sodomizar, o hacer felaciones.
Hubo pues, según su relato, violación colectiva que se terminó con algo muy habitual en los calabozos de la DGST: le orinaron encima. Al terminar, la llevaron a su casa con la amenaza de represalias si revelaba el asunto a la prensa. Dos días después ingresaba en un hospital por «depresión nerviosa».
Hoy, en el café madrileño, Auicha dice que reconoce a dos de sus presuntos violadores. Asegura no tener ninguna duda al respecto.«El primero se llama Brahim Tamek y lo conozco porque es primo de mi marido».
Huir para contarlo
Brahim Tamek sería un funcionario de la localidad de Tan Tan, colaborador de la DGST en «asuntos saharauis». Además, es hermano del nuevo gobernador de Dajla, Mohamed Saleh Tamek, nombrado la semana pasada. Y «el segundo es Mbarek Arsalane», máximo responsable de la DGST de la zona que va desde Agadir hasta los límites del Sáhara Occidental con Mauritania.
Queda una pregunta: ¿Por qué Auicha revela esta historia ahora y en este momento justo cuando el Sáhara está en estado de ebullición? ¿No la van a acusar de falsedad? La respuesta se dispara como una bala. «El que conoce bien a Marruecos sabe que las violaciones nunca son reconocidas como tal, y además se trata de la policía».
Explica también que, con su marido, estuvo preparando su huida de Marruecos desde hace un año, intentando ir a Mauritania que le concedió un visado, para luego preferir Europa. «En Mauritania no podía hablar; aquí, en Europa, sí», concluye.
Con la ayuda de un grupo de abogados españoles, Auicha tiene la intención de emprender acciones legales contra sus presuntos violadores. «No en Marruecos porque la Justicia está controlada, sino aquí en Europa».
Fuentes:
*COMITÈ CATALÀ PER LA DEFENSA DELS DRETS HUMANS AL SAHARA OCCIDENTAL
*CODESA
*EL MUNDO
CODESA
13 de marzo de 2008
APPEL: L’ETAT MAROCAIN INTERDIT AU DEFENSEUR SAHRAOUI DES DROITS HUMAINS, ALI SALEM TAMEK DE POURSUIVRE SES ETUDES UNIVERSITAIRES
Je suis un défenseur sahraoui des droits humains et activiste syndicaliste de 35 ans. En raison de mon travail associatif et de mes opinions politiques j’ai été arrêté cinq fois successives par les autorités marocaines. En 2002, j’ai été déplacé contre mon gré à Mekhnès, une ville marocaine à 1400km de ma ville natale et du lieu de ma résidence.
Les autorités marocaines ont refusé l’enregistrement sur le registre de l’état civil du prénom Al Thaoura, « révolution en arabe » que j’ai donné à ma fille, née le 30 septembre 2000. Les mêmes autorités, qui ont essayé de m’interner dans un hôpital psychiatrique pour me faire passer pour un malade mental, m’ont injecté dans la prison, une substance qui a provoqué d’étranges symptômes sur mon corps * ce qui a affecté sensiblement mon état de santé, déjà largement entamé par 22 grèves de la faim antérieures et plusieurs maladies chroniques. Les autorités marocaines m’ont interdit l’accès du territoire du Sahara Occidental en juillet 2006.
J’ai enduré d’inhumaines tortures, les intimidations, les persécutions, les souffrances mais ma famille, non plus, n’a même pas été épargnée car mon épouse a été violée en 2003 par des membres des services secrets marocains de la DST. Elle a livré au quotidien madrilène « El Mundo » un témoignage édifiant –publié le 27 juin 2005- sur les méthodes et procédés des services secrets marocains qui ne reculent pas devant le viol collectif de leur victime pour arriver à leur fin. Depuis 2004 mon épouse vit avec ma fille en Espagne ou elle a bénéficié de l’asile politique.
Aujourd’hui je n’ai même plus le droit de poursuivre mes études puisque la Faculté des Sciences juridiques de l’Université Hassan II à Mohamedia, au Maroc a rejeté la demande d’inscription que j’ai déposée, le 1er octobre 2007, auprès des services compétents, et à laquelle j’avais joint une demande manuscrite et un dossier conformes aux modalités requises. En dépit du fait que la justice au Maroc n’est pas indépendante, j’ai quand même porté plainte pour ce déni de justice.
Cette décision inique est intervenue au moment même où les autorités marocaines ont interdit la tenue du Congrès du CODESA, dont j’étais le Président de la Commission préparatoire. Une violation de plus à ajouter aux innombrables violations dont je suis l’objet de la part des autorités marocaines.
Je lance cet APPEL à tous les démocrates afin qu’ils fassent pression sur l’Etat du Maroc pour me permettre de poursuivre mes études universitaires.
Ali Salem TAMEK,
Ex-prisonnier politique
Membre du Collectif des Défenseurs Sahraouis CODESA
Président de la Commission préparatoire du Congrès interdit
Casablanca, le 13 mars 2008
(*) Document public NWS 21/005/2007 d’Amnesty international
EL MUNDO
27 de junio de 2005
EL FUTURO DE LA EX COLONIA ESPAÑOLA / Auicha Chafia, mujer de Ali Salem Tamek, miembro del Frente Polisario, asegura que uno de sus agresores es un familiar de su marido / El suceso tuvo lugar en junio de 2003
La esposa de un líder saharaui denuncia haber sido violada por cinco policías marroquíes
ALI LMRABET. Especial para EL MUNDO
MADRID.- Antes de comenzar su relato, Auicha Chafia respira hondo y mira a su alrededor para asegurarse de que no la vigilan. En el café madrileño donde está sentada junto a su hija Tawra, esta joven y bella saharaui es consciente de que ha llegado el momento de franquear tabúes y pudores para contar un drama ocurrido hace tiempo.
Después de mirar otra vez hacia la puerta de entrada del café, Auicha comienza en hasanía, el dialecto de los saharauis, a rememorar lo que pasó hace dos años, cuando asegura que fue salvajemente violada por cinco hombres que ella vincula a la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST), la policía política marroquí.
Auicha Chafia es la mujer de Ali Salem Tamek, el conocido sindicalista y miembro activo del Frente Polisario en Marruecos. Símbolo de los saharauis independentistas, Tamek es un quebradero de cabeza para el Ministerio del Interior que intentó por todos los medios comprarlo, silenciarlo o desacreditarlo.
Hace solamente unas semanas, la oficina en Madrid de la agencia oficial de noticias marroquí MAP envió a Rabat un bochornoso teletipo acusándole descaradamente de haber amenazado con «recurrir al terrorismo». Naturalmente, la información era falsa, pero su finalidad era permitir a la prensa oficialista marroquí arremeter contra el joven saharaui que fue posteriormente amenazado de muerte.
La importancia que reviste para el régimen alaui este hombre de pequeña talla y sólidas convicciones, encarcelado infinidad de veces por sus ideas y acorralado permanentemente, es tal que en noviembre del año pasado, durante un encuentro informal con los responsables de la prensa marroquí, el ministro delegado del Interior, Fuad Ali El Himma, acompañado de su homólogo de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi Fihri, llegó a asegurar que «Tamek era un problema mayúsculo para el reino». En Marruecos, la proximidad a Tamek puede quemar, y eso es lo que pasó a Auicha.
Su drama, según lo cuenta ella, ocurrió en junio de 2003. Acababa de salir de la cárcel de Ait Mellul, cerca de la ciudad de Agadir, donde había visitado a su marido que cumplía entonces una condena de dos años de cárcel por «separatismo», cuando fue interceptada por un coche ocupado por tres hombres. Auicha Chafia estaba, como siempre, acompañada de la pequeña Tawra (que significa revolución).
Sin más contemplaciones, dos hombres la introdujeron por la fuerza en el vehículo y aunque dijeron que eran de la policía, Auicha intentó defenderse con empujones y gritos, luego con lágrimas y súplicas. Pero el penal de Ait Mellul está en campo abierto y alejado de la urbanización más cercana, y generalmente los marroquíes prefieren mirar hacia otro lado cuando se trata de raptos en plena luz del día.
Con su hija llorando la llevaron a un sitio que no conocía, pero que «era seguramente una casa en los alrededores de Agadir».Allí se encontró con «cinco hombres». Al comienzo, estos individuos que se identificaron como «policías» fueron amables pidiéndole solamente información sobre Tamek y sus «amigos del interior y del exterior», pero como se resistía a hablar de «cosas políticas que no entendía», pasaron a otros temas.
Una misión
Le dijeron que tenían una misión que no podía rechazar. «Estaban interesados por dos amigos de Ali Salem. Querían que intentara seducir a Mohamed El Mutawakil [miembro del comité ejecutivo de la ONG de Derechos Humanos, Fórum Verdad y Justicia], y a Lahucin Lidri [destacado militante independentista saharaui], y prevenirles cuando estuviera con ellos en la cama. Me dijeron que me iban a ofrecer un móvil y un número de teléfono donde llamar. Pero yo no soy una puta y quise irme».
Evidentemente no la dejaron salir. Entre insultos y amenazas y haciendo gestos como si fueran a degollar a su hija, pasaron a los hechos. Le quitaron su melhfa, la vestimenta tradicional de los saharauis, y se rieron de sus intentos por esconder sus partes íntimas. Después se pusieron serios y como ella misma relata, «me hicieron lo que ningún ser humano haría a otro».«Delante de mi hija comenzaron a manosearme, a meter su mano donde no debían. Luego me atraparon por la fuerza y me hicieron cosas por delante y por detrás. Por la boca también ». Por pudor, Auicha no utiliza los verbos violar, sodomizar, o hacer felaciones.
Hubo pues, según su relato, violación colectiva que se terminó con algo muy habitual en los calabozos de la DGST: le orinaron encima. Al terminar, la llevaron a su casa con la amenaza de represalias si revelaba el asunto a la prensa. Dos días después ingresaba en un hospital por «depresión nerviosa».
Hoy, en el café madrileño, Auicha dice que reconoce a dos de sus presuntos violadores. Asegura no tener ninguna duda al respecto.«El primero se llama Brahim Tamek y lo conozco porque es primo de mi marido».
Huir para contarlo
Brahim Tamek sería un funcionario de la localidad de Tan Tan, colaborador de la DGST en «asuntos saharauis». Además, es hermano del nuevo gobernador de Dajla, Mohamed Saleh Tamek, nombrado la semana pasada. Y «el segundo es Mbarek Arsalane», máximo responsable de la DGST de la zona que va desde Agadir hasta los límites del Sáhara Occidental con Mauritania.
Queda una pregunta: ¿Por qué Auicha revela esta historia ahora y en este momento justo cuando el Sáhara está en estado de ebullición? ¿No la van a acusar de falsedad? La respuesta se dispara como una bala. «El que conoce bien a Marruecos sabe que las violaciones nunca son reconocidas como tal, y además se trata de la policía».
Explica también que, con su marido, estuvo preparando su huida de Marruecos desde hace un año, intentando ir a Mauritania que le concedió un visado, para luego preferir Europa. «En Mauritania no podía hablar; aquí, en Europa, sí», concluye.
Con la ayuda de un grupo de abogados españoles, Auicha tiene la intención de emprender acciones legales contra sus presuntos violadores. «No en Marruecos porque la Justicia está controlada, sino aquí en Europa».
Fuentes:
*COMITÈ CATALÀ PER LA DEFENSA DELS DRETS HUMANS AL SAHARA OCCIDENTAL
*CODESA
*EL MUNDO
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