El conflicto del Sáhara Occidental, el antiguo Sáhara español, sigue sin resolverse treinta y tres años después de la firma de los Acuerdos de Madrid, en virtud de los cuales España cedió a Marruecos y a Mauritania el territorio de la que fue su colonia. El Sáhara Occidental sigue siendo, en el conjunto del continente africano, la única ex colonia que no ha pasado por un proceso de descolonización que desemboque en el ejercicio de la sobiranía.
El pueblo saharaui vive desde 1975 en condiciones dramáticas. Una parte importante de su población vive exiliada en los campamentos de refugiados de la inhóspita región argelina de Tindouf, y depende de la ayuda internacional para sobrevivir. La otra vive en el territorio actualmente ocupado por Marruecos, que la somete a un intenso proceso de colonización, contrario a la legalidad internacional, y explota las riquezas que en justicia corresponden al pueblo saharaui, tales como los bancos de pesca y los yacimientos de fosfatos de Bucraa.
La población del Sáhara Occidental se siente abandonada por una comunidad internacional que no ha tenido la voluntad de hacer efectiva la decisión de Naciones Unidas de celebrar un referéndum en el que el pueblo saharaui pueda decidir soberanamente sobre su integración en Marruecos o su independencia. Los saharauis, después de apostar decididamente por la via diplomática de solución, ven como el conflicto se eterniza, sin perspectivas de superar el marco actual.
Durante todos estos años, la represión de las autoridades marroquíes contra los activistas saharauis de los territorios ocupados ha sido constante. El reciente auto del juez Baltasar Garzón, admitiendo a trámite una denuncia contra responsables de desapariciones de dirigentes saharauis, es una buena muestra de ello. En los últimos tiempos hemos asistido a un resurgimiento de las reivindicaciones y protestas de los saharauis de los territorios ocupados, a los que Marruecos ha respondido nuevamente con la represión. Las más prestigiosas organizaciones de defensa de los derechos humanos han denunciado arrestos, maltratos y la ausencia de las más elementales libertades. La antigua colonia española está sometida, además, a un duro bloqueo informativo por parte de la autoridad marroquí. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas redactó, en 2006, un informe en el que denuncia estas graves violaciones de los derechos humanos y que, incomprensiblemente, no ha sido publicado.
El Parlament de las Illes Balears hace suyos los sentimientos de solidadirad de la sociedad balear hacia el pueblo saharaui.
Reitera, por lo tanto, su demanda de una solución negociada del conflicto, aceptable para ambas partes, justa, basada en las resoluciones de Naciones Unidas y en el ejercicio del derecho a la autodeterminación, y plenamente respetuosa con la legalidad internacional.
Expresa, además, su preocupación por la grave situación de violación de los derechos humanos que sufre el Sáhara ocupado.
Parlament de las Illes Balears, 11 de marzo de 2008
Fuente: Associació d’Amics del Poble Sahrauí de les Illes Balears
El pueblo saharaui vive desde 1975 en condiciones dramáticas. Una parte importante de su población vive exiliada en los campamentos de refugiados de la inhóspita región argelina de Tindouf, y depende de la ayuda internacional para sobrevivir. La otra vive en el territorio actualmente ocupado por Marruecos, que la somete a un intenso proceso de colonización, contrario a la legalidad internacional, y explota las riquezas que en justicia corresponden al pueblo saharaui, tales como los bancos de pesca y los yacimientos de fosfatos de Bucraa.
La población del Sáhara Occidental se siente abandonada por una comunidad internacional que no ha tenido la voluntad de hacer efectiva la decisión de Naciones Unidas de celebrar un referéndum en el que el pueblo saharaui pueda decidir soberanamente sobre su integración en Marruecos o su independencia. Los saharauis, después de apostar decididamente por la via diplomática de solución, ven como el conflicto se eterniza, sin perspectivas de superar el marco actual.
Durante todos estos años, la represión de las autoridades marroquíes contra los activistas saharauis de los territorios ocupados ha sido constante. El reciente auto del juez Baltasar Garzón, admitiendo a trámite una denuncia contra responsables de desapariciones de dirigentes saharauis, es una buena muestra de ello. En los últimos tiempos hemos asistido a un resurgimiento de las reivindicaciones y protestas de los saharauis de los territorios ocupados, a los que Marruecos ha respondido nuevamente con la represión. Las más prestigiosas organizaciones de defensa de los derechos humanos han denunciado arrestos, maltratos y la ausencia de las más elementales libertades. La antigua colonia española está sometida, además, a un duro bloqueo informativo por parte de la autoridad marroquí. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas redactó, en 2006, un informe en el que denuncia estas graves violaciones de los derechos humanos y que, incomprensiblemente, no ha sido publicado.
El Parlament de las Illes Balears hace suyos los sentimientos de solidadirad de la sociedad balear hacia el pueblo saharaui.
Reitera, por lo tanto, su demanda de una solución negociada del conflicto, aceptable para ambas partes, justa, basada en las resoluciones de Naciones Unidas y en el ejercicio del derecho a la autodeterminación, y plenamente respetuosa con la legalidad internacional.
Expresa, además, su preocupación por la grave situación de violación de los derechos humanos que sufre el Sáhara ocupado.
Parlament de las Illes Balears, 11 de marzo de 2008
Fuente: Associació d’Amics del Poble Sahrauí de les Illes Balears
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