Artículo publicado el lunes día 10 de septiembre en EL MUNDO- LA GACETA DE CANARIAS
CRONICAS METROPOLITANAS
El fiasco de Marruecos
FEDERICO ECHANOVE
Tiempo habrá para analizar la cuestión más a fondo, pero ya se puede decir que las elecciones legislativas del pasado viernes en Marruecos, que los propagandistas del Reino Vecino en esta metrópoli y sus islas más ó menos adyacentes habían anunciado como las que iban a marcar su tan cacareado como falaz proceso de transición a la democracia, se han revelado como un absoluto fiasco. Y es que el 'Majzen' ha fracasado en toda regla en su intento de lavar la cara del régimen y los hechos y las cifras son tozudos hasta para con los más conspicuos turiferarios de la autocracia marroquí en esta metrópoli y en sus Islas más o menos adyacentes.
Los resultados de los comicios no han supuesto la transición hacia nada que no sea más de lo mismo, y mientras el Marruecos institucional va por un lado, ha quedado bien claro que la realidad social va por derroteros absolutamente ajenos, en absoluto divorcio entre las elites gobernantes y la mayoría de la población.
De ello constituye la mejor muestra ese exiguo 37 por ciento de participación que indican las cifras oficiales y del que hay fundadas sospechas de que puede haber sido incluso menor. ¿Pero no iban a ser éstas las elecciones de la efervescencia participativa de un país en cambio, tal como sucedió en España el 15 de junio de 1977? Quienes en su afán propagandístico establecían tan atrevidas comparaciones tal vez ignoraban que, como sabemos quienes conocemos un poco la Historia de España, si hay alguna similitud entre algún momento del pasado de este país y la actual situación de Marruecos no es con aquellas fechas sino, en todo caso, con la crisis de la Restauración canovista de principios del pasado siglo.
Del mismo modo, han tenido que callarse quienes insistían en comparar miméticamente el proceso marroquí con el de Turquía, así como a los partidos islamistas de ambos estados, olvidando que el régimen majzeniano de la monarquía por derecho divino que encabeza el comendador de los creyentes con sus más de diez palacios nada tiene que ver con el laicismo modernizador impulsado hace ya casi un siglo por Ataturk.
Y es que el pronóstico incluso ha fallado respecto a quién iba a ganar (si es que le dejaban), de suerte que los 'islamistas palaciegos' del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) de Otmani podrían haberse quedado a las puertas de la victoria a causa de que gran parte de quienes deberían haber votado por ellos han preferido seguir las consignas abstencionistas preconizadas por el movimiento Justicia y Caridad de Nadia Yasín.
En estas circunstancias, no sería de extrañar que, pese a la victoria, los partidos majzenianos inviten, a instancias de Mohammed VI, más pronto o más tarde, al PJD a formar parte del stablishment oligárquico, tratando de neutralizarlo y de repetir lo que ya sucedió en décadas pasadas con los socialistas de la USFP y los excomunistas del PPS. Un parche más en un régimen cortesano del que si algo han demostrado estas elecciones es que cada vez le cuesta más mantenerse, y en el que el gran problema siguen siendo los ilimitados poderes del Rey, la corrupción institucionalizada, el elevadísimo analfabetismo y, sobre todo, el tremendamente desigual reparto de la riqueza.
Y es que si en Marruecos empezara a afrontarse una verdadera democratización, asuntos como las tensiones por la inmigración, el desafío de Al Qaeda y del integrismo islámico y el desarrollo y prosperidad material del país encontrarían un marco de soluciones mucho más efectivo. Y ni que decir tiene que el respeto de las resoluciones de la ONU sobre la antigua colonia española del Sáhara Occidental, que el 'Majzen' incumple desde hace más de treinta años, no tendría por qué constituir ningún problema, porque en una verdadera democracia esas cosas vienen de suyo. Y la autodeterminación de los habitantes del territorio que en su momento no fueron consultados no sólo no supondría ningún riesgo para la estabilidad y democratización del Magreb, sino su condición indispensable y un paso más en ese camino.
Muchas veces nos olvidamos de que en el penoso 'embarque' en que metió Hassan II a su pueblo en 1975, al invadir un territorio sin pedir permiso y sin respetar ninguna norma ni dictamen internacional, aprovechándose de las contradicciones de la Guerra Fría, tuvo bastante que ver su deseo de 'huir hacia adelante' y distraer la atención de su pueblo ante las demandas de democratización interna, como si ésa fuera la única manera de mantenerse en el Trono y de que Marruecos siguiera existiendo. El problema es que el 'Majzen' y las elites marroquíes han interiorizado de tal modo dicho mecanismo que han terminado siendo sus prisioneros. Pero Marruecos sigue sin avanzar y absolutamente paralizado, aunque el conflicto haya costado miles de muertos en ambos lados del muro de arena con el que se ha querido tapar la realidad de aquella infamia.
Y por eso mismo es por lo que resulta aún más lamentable el entreguismo del Gobierno de Zapatero hacia Marruecos en todos los órdenes, empezando por la pantomima autonómica en la antigua provincia española, en donde el propio El Fassi, líder del Istqlal y ganador de las elecciones, confesó estos días que no está prevista más que una descentralización administrativa como la que 'podría' llevarse a cabo en todo el Reino. No sólo es que estemos volviendo a traicionar a quienes nunca debimos abandonar bajo las bombas de napalm marroquíes. O que por ese motivo nos hayamos ganado la enemistad de Argelia y vayamos a pagarlo en la factura de la luz. Es que desde que llegaron al poder Moratinos y sus huestes han hecho todo lo posible para alentar al 'Majzen' a que siga perseverando en sus errores y hurtando la verdad a su pueblo.
Fuente: POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
CRONICAS METROPOLITANAS
El fiasco de Marruecos
FEDERICO ECHANOVE
Tiempo habrá para analizar la cuestión más a fondo, pero ya se puede decir que las elecciones legislativas del pasado viernes en Marruecos, que los propagandistas del Reino Vecino en esta metrópoli y sus islas más ó menos adyacentes habían anunciado como las que iban a marcar su tan cacareado como falaz proceso de transición a la democracia, se han revelado como un absoluto fiasco. Y es que el 'Majzen' ha fracasado en toda regla en su intento de lavar la cara del régimen y los hechos y las cifras son tozudos hasta para con los más conspicuos turiferarios de la autocracia marroquí en esta metrópoli y en sus Islas más o menos adyacentes.
Los resultados de los comicios no han supuesto la transición hacia nada que no sea más de lo mismo, y mientras el Marruecos institucional va por un lado, ha quedado bien claro que la realidad social va por derroteros absolutamente ajenos, en absoluto divorcio entre las elites gobernantes y la mayoría de la población.
De ello constituye la mejor muestra ese exiguo 37 por ciento de participación que indican las cifras oficiales y del que hay fundadas sospechas de que puede haber sido incluso menor. ¿Pero no iban a ser éstas las elecciones de la efervescencia participativa de un país en cambio, tal como sucedió en España el 15 de junio de 1977? Quienes en su afán propagandístico establecían tan atrevidas comparaciones tal vez ignoraban que, como sabemos quienes conocemos un poco la Historia de España, si hay alguna similitud entre algún momento del pasado de este país y la actual situación de Marruecos no es con aquellas fechas sino, en todo caso, con la crisis de la Restauración canovista de principios del pasado siglo.
Del mismo modo, han tenido que callarse quienes insistían en comparar miméticamente el proceso marroquí con el de Turquía, así como a los partidos islamistas de ambos estados, olvidando que el régimen majzeniano de la monarquía por derecho divino que encabeza el comendador de los creyentes con sus más de diez palacios nada tiene que ver con el laicismo modernizador impulsado hace ya casi un siglo por Ataturk.
Y es que el pronóstico incluso ha fallado respecto a quién iba a ganar (si es que le dejaban), de suerte que los 'islamistas palaciegos' del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) de Otmani podrían haberse quedado a las puertas de la victoria a causa de que gran parte de quienes deberían haber votado por ellos han preferido seguir las consignas abstencionistas preconizadas por el movimiento Justicia y Caridad de Nadia Yasín.
En estas circunstancias, no sería de extrañar que, pese a la victoria, los partidos majzenianos inviten, a instancias de Mohammed VI, más pronto o más tarde, al PJD a formar parte del stablishment oligárquico, tratando de neutralizarlo y de repetir lo que ya sucedió en décadas pasadas con los socialistas de la USFP y los excomunistas del PPS. Un parche más en un régimen cortesano del que si algo han demostrado estas elecciones es que cada vez le cuesta más mantenerse, y en el que el gran problema siguen siendo los ilimitados poderes del Rey, la corrupción institucionalizada, el elevadísimo analfabetismo y, sobre todo, el tremendamente desigual reparto de la riqueza.
Y es que si en Marruecos empezara a afrontarse una verdadera democratización, asuntos como las tensiones por la inmigración, el desafío de Al Qaeda y del integrismo islámico y el desarrollo y prosperidad material del país encontrarían un marco de soluciones mucho más efectivo. Y ni que decir tiene que el respeto de las resoluciones de la ONU sobre la antigua colonia española del Sáhara Occidental, que el 'Majzen' incumple desde hace más de treinta años, no tendría por qué constituir ningún problema, porque en una verdadera democracia esas cosas vienen de suyo. Y la autodeterminación de los habitantes del territorio que en su momento no fueron consultados no sólo no supondría ningún riesgo para la estabilidad y democratización del Magreb, sino su condición indispensable y un paso más en ese camino.
Muchas veces nos olvidamos de que en el penoso 'embarque' en que metió Hassan II a su pueblo en 1975, al invadir un territorio sin pedir permiso y sin respetar ninguna norma ni dictamen internacional, aprovechándose de las contradicciones de la Guerra Fría, tuvo bastante que ver su deseo de 'huir hacia adelante' y distraer la atención de su pueblo ante las demandas de democratización interna, como si ésa fuera la única manera de mantenerse en el Trono y de que Marruecos siguiera existiendo. El problema es que el 'Majzen' y las elites marroquíes han interiorizado de tal modo dicho mecanismo que han terminado siendo sus prisioneros. Pero Marruecos sigue sin avanzar y absolutamente paralizado, aunque el conflicto haya costado miles de muertos en ambos lados del muro de arena con el que se ha querido tapar la realidad de aquella infamia.
Y por eso mismo es por lo que resulta aún más lamentable el entreguismo del Gobierno de Zapatero hacia Marruecos en todos los órdenes, empezando por la pantomima autonómica en la antigua provincia española, en donde el propio El Fassi, líder del Istqlal y ganador de las elecciones, confesó estos días que no está prevista más que una descentralización administrativa como la que 'podría' llevarse a cabo en todo el Reino. No sólo es que estemos volviendo a traicionar a quienes nunca debimos abandonar bajo las bombas de napalm marroquíes. O que por ese motivo nos hayamos ganado la enemistad de Argelia y vayamos a pagarlo en la factura de la luz. Es que desde que llegaron al poder Moratinos y sus huestes han hecho todo lo posible para alentar al 'Majzen' a que siga perseverando en sus errores y hurtando la verdad a su pueblo.
Fuente: POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
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