En la edición DIGITAL ha sido suprimido lo escrito en rojo más abajo (que sí ha sido publicado en la edición IMPRESA, domingo 26 de abril, página 38)):
ELPAIS.com / Opinión
Minas en el Sáhara
SEBASTIÁN DE LARA GARCÍA-CERVIGÓN - La Solana, Ciudad Real - 26/04/2009
Hace dos semanas participé en la denominada Columna de los mil, una marcha pacífica en el desierto del Sáhara en pro de la libertad del pueblo saharaui. Allí pude observar en primera persona a jóvenes saharauis exacerbados, descontrolados, presos de la impotencia y la desesperanza que provocan tantos años de indiferencia, de aislamiento.
Ví como corrían, como granitos de arena en mitad del desierto, a chocar contra el cristal del reloj de arena en el que día a día se van ahogando y que Marruecos controla a su antojo, impávido, con desidia… tal como pudimos ver en la cara de los soldados marroquíes apostados en el muro aquel día.
Y es que dos semanas después, las heridas de Brahim, el chico que pisó una mina, están lejos de cicatrizar, pero esta noticia ha quedado sepultada en el olvido de los medios de comunicación, igual que cada día cae en el olvido la causa saharaui, tan cercana al pueblo español, pero tan ignorada por los Gobiernos, los dirigentes mundiales... ¿Se hubiese prestado la misma atención de ser un español de los allí presentes quien hubiese pisado la mina?
Fuente: ELPAIS.com
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SEBASTIÁN DE LARA GARCÍA-CERVIGÓN - La Solana, Ciudad Real - 26/04/2009
Hace dos semanas participé en la denominada Columna de los mil, una marcha pacífica en el desierto del Sáhara en pro de la libertad del pueblo saharaui. Allí pude observar en primera persona a jóvenes saharauis exacerbados, descontrolados, presos de la impotencia y la desesperanza que provocan tantos años de indiferencia, de aislamiento.
Ví como corrían, como granitos de arena en mitad del desierto, a chocar contra el cristal del reloj de arena en el que día a día se van ahogando y que Marruecos controla a su antojo, impávido, con desidia… tal como pudimos ver en la cara de los soldados marroquíes apostados en el muro aquel día.
Y es que dos semanas después, las heridas de Brahim, el chico que pisó una mina, están lejos de cicatrizar, pero esta noticia ha quedado sepultada en el olvido de los medios de comunicación, igual que cada día cae en el olvido la causa saharaui, tan cercana al pueblo español, pero tan ignorada por los Gobiernos, los dirigentes mundiales... ¿Se hubiese prestado la misma atención de ser un español de los allí presentes quien hubiese pisado la mina?
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