domingo, 24 de junio de 2007

VIAJE AL SÁHARA OCCIDENTAL. Vacaciones en zona hostil



Carmen y Javier decidieron emplear sus vacaciones en conocer el Sáhara Occidental
Dejaron a sus hijos en Madrid y se adentraron en una zona en falsa paz

elmundo.es
Actualizado sábado 23/06/2007
MARÍA JOSÉ LLERENA

MADRID.- Las últimas vacaciones de Carmen y Javier tuvieron poco que ver con el descanso, la tranquilidad o la diversión que se busca en los días de asueto. Y no es que la agencia de viajes les fallara. Esta pareja de Madrid decidió aparcar por una vez la playa y poner rumbo a los territorios ocupados del Sáhara Occidental, sorteando recelosos controles policiales y las suspicaces miradas de las fuerzas marroquíes para adentrarse en el infierno que viven los saharauis en una tierra en falsa paz.

Javier es ingeniero. Carmen, diseñadora gráfica. Tienen dos hijos y viven tranquilos en Madrid. ¿Qué lleva a una pareja con una vida tan cómoda a sacrificar sus vacaciones y, en cierto modo, su seguridad para visitar un territorio hostil?

"Nos decidimos a ir hasta allí porque conocimos hace unos meses a la activista de derechos humanos Aminetou Haidar cuando visitó España, nos contó la situación que vivían en la zona y nos animó a que comprobáramos con nuestros propios ojos cómo Marruecos viola los derechos de los saharauis sistemáticamente".

Dicho y hecho. Carmen y Javier renunciaron a la playa, dejaron a sus hijos en Madrid y emplearon sus vacaciones de Semana Santa en cumplir la misión que se habían encomendado. "Decidimos no contarle a nadie a dónde íbamos, ni a nuestros hijos, ni a nuestros padres... Les dijimos que estábamos en Europa. No queríamos preocuparlos. Sólo lo sabía una amiga, que nos llamó a diario durante el viaje para comprobar que todo iba bien".

La aventura arrancó en Marrackech, donde la pareja alquiló un coche con el que recorrió Marruecos hacia el sur. "A medida que nos acercábamos al Sáhara Occidental los controles policiales se incrementaban. La policía nos sometía a auténticos interrogatorios en los que se nos preguntaba con insistencia nuestra destino, lugar de hospedaje, el propósito de nuestro viaje y, sobre todo, si éramos periodistas".

Carmen explica que en uno de los controles vivieron una situación de gran tensión cuando un agente les acusó de espionaje por haber tomado una foto del puesto de control.

El Aaiún, falsa normalidad
Por fin llegaron a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, una ciudad que intenta aparentar normalidad, pero que esconde un conflicto que se remonta a la época colonial, cuando España abandonó a su suerte a su colonia africana, pese a haberse comprometido ante la ONU a poner en marcha un proceso de descolonización.

En aquellos momentos, España tenía sus ojos puestos en Franco, que agonizaba, y Marruecos aprovechó aquel delicado trance de la historia española para invadir el territorio con la Marcha Verde. Desde entonces, Marruecos ocupa el Sáhara Occidental, aunque las Naciones Unidas no lo reconocen como potencia administradora.

"La primera impresión al llegar a la ciudad fue la de una urbe bien estructurada, relativamente moderna y con bastantes infraestructuras y recursos, pero la cosa cambia si uno se adentra en los barrios habitados mayoritariamente por saharauis. Allí se aprecia un claro abandono", dice Javier mostrando algunas fotos que ilustran sus palabras.

En la ciudad se respira miedo. Tensión contenida. Cualquier gesto puede levantar sospechas y pagarse caro. Carmen y Javier explican un caso que les tocó de lleno: "Se nos acercaron unos niños a saludarnos. Nos preguntaron nuestros nombres y que de dónde éramos. Empezamos a hacerles fotos. De repente, una niña levanta la mano mostrando el símbolo de la victoria en los dedos y dice sonriente: '¡viva polisario!'. Inmeditamente se acercó un hombre de paisano, que se identificó como agente de policía y nos pidió los pasaportes. Mientras aquel hombre empezaba con un interminable interrogatorio, su compañero se llevaba la joven a darle un escarmiento... La niña tenía 12 años.", explica Javier.

Carmen y Javier recuerdan otro episodio desagradable en uno de estos barrios en donde había concentrada una multitud de saharauis: "Un policía nos dio el alto con la falsa excusa de habernos saltado un stop, nos preguntó si habíamos estado haciendo fotos 'en un barrio pobre' de la ciudad. Contestamos que, en efecto, habíamos hecho fotos a lo que creíamos era una boda. Entonces comenzó de nuevo el rosario de preguntas: pasaporte, profesiones, motivos de la visita, si éramos turistas, si éramos periodistas...". La concentración que fotografiaron Javier y Carmen era en realidad la bienvenida a un grupo de familias saharauis procedentes de los campos de refugiados de Tinduf, que visitaban El Aaiún con un viaje organizado por ACNUR.

La pareja pudo reunirse durante su estancia con algunos activistas de los derechos humanos, que le contaron en primera persona las detenciones y torturas sufridas por reclamar la celebración de un reférendum de autodeterminación.

Los saharauis mantienen sus esperanzas puestas en las conversaciones que se pusieron en marcha el pasado día 18 en Nueva York entre el Frente Polisario y Marruecos. Quizá en ellas esté la salida a un conflicto que se alarga ya más de tres décadas. Mientras tanto, gente como Carmen y Javier aseguran firmemente que no bajarán la guardia, que permanecerán alertas a la situación y dispuestos a volver a territorio hostil tantas veces como sea necesario.

Fuentes:
*POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
*SaharaLibre.es
*Cantabria por el Sáhara
*elmundo.es

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