Poemario por un Sáhara Libre
2 de enero de 2008
Este relato está dedicado a la memoria de un buen amigo saharaui que conocí en El Aaiun.
Me llevaron a su casa en un land rover con los cristales oscuros y serpenteando entre las calles de los barrios saharauis de El Aaiun. Es triste decirlo, pero desgraciadamente no todos los barrios de El Aaiun son saharauis.
Entramos en su casa de incógnito, saliendo a toda prisa del land rover y subiendo las escaleras de la casa de tres en tres para no ser vistos por los vecinos. Allí nos recibió un amable y hospitalario saharaui que nos ofreció casa, té y charla en un perfecto español aprendido en la época colonial.
Mi amigo saharaui murió hace unos meses en un accidente. Trabajaba para una subcontrata en las cintas fosfatos del puerto de El Aaiun y fue víctima del mal estado de las instalaciones y de la poca seguridad de la empresa que le explotaba.
Otro buen amigo saharaui y familiar suyo me envió este relato, escrito entre la pena y la indignación.
Javier García Lachica
FORET, LA CONJURA
(In memoriam)
En el noticiario de las 22:00 de la emisora de radio de la RASD se dio una noticia que dejó atónito a un cierto saharaui que, en su jaima, estaba haciendo el habitual té de la noche. Con un temblor en las manos, cogió su destartalado móvil y llamó a sus hijos que estaban en El Aaiun. Apenas terminó de hablar, le confirmaron la tragedia.
Un sudor frío le invadió.
“¡PAPÁ, PAPÁ!... ¿Estás bien?”
“Sí, sí, no os preocupéis. Dadles mi pésame y recordadles que la muerte acecha siempre, y que esta vez se ha llevado a uno muy querido; lo que es de Dios, es de Dios”
El hijo mayor alquiló un Land Rover aquella misma noche. Quería estar cerca de su padre, sabía lo mucho que el difunto representaba para él.
Una honda conmoción se apoderó de todos los trabajadores saharauis. Sería injusto no mencionar a los trabajadores marroquíes que trabajaron con él. Les vi llorar y abrazar al único varón que tenía el difunto, dándole ánimos: “era muy solidario con todo el mundo”, le decían, “aconsejaba y ayudaba aunque a veces le costara un disgusto con los colonos”.
Esta muerte prematura, a los 53 años y en el descanso de su jubilación, es una tragedia para todos.
Pero esta tragedia no es casual.
Fue una vida raptada por los contratos basura, unos infames contratos llevados a cabo por esas pequeñas compañías del terror, la mayoría de ellas en manos de ex directivos de Fos Bucraá o de algún destacado pelotilla, nunca saharaui, porque el nativo no se arriesga en algo que no conoce o, simplemente, no quiere cooperar con el colono.
Todo se remonta a 1965, cuando se comenzó a construir la cinta transportadora que iba a traer los fosfatos de los yacimientos de Bu Craá, situados a más de 100 km. de El Aaiun, y el muelle o cargadero del mineral, con capacidad de carga para buques de gran calado, con un tramo (tramo norte) con capacidad para 100,000 toneladas (actualmente fuera de servicio) y otro tramo (tramo sur) con capacidad para hasta 60.000 toneladas.
La construcción de este proyecto, vanguardista para su época, fue realizada por Krupp – Unión Temporal. Dentro de esta asociación temporal se encontraban empresas españolas como Erpo, Isolux, Abengoa, etc. Había aproximadamente más de 2.000 personas de varias nacionalidades en un trabajo no exento de peligro, eso sin contar con las adversidades meteorológicas.
Pero, lo más sorprendente de todo es que, cuando se entregó la obra a la empresa Fos Bucraá, no hubo que lamentar ninguna pérdida humana durante los cinco años que duró su construcción.
Por desgracia, no podemos decir lo mismo de la actual Fos Bucraá, donde el personal cualificado brilla por su ausencia, dando paso a subcontratos con empresas privadas que nacen de la noche a la mañana y que se dedican a realizar los trabajos de forma chapucera a costa de la seguridad de sus trabajadores y a cambio de que algún jerifalte de Fos Bucraá se llene los bolsillos con las comisiones y los sobornos de turno.
Y no menos vergonzoso es que a FMC Foret, la empresa española que adquiere los fosfatos da Fos Bucraá, todo esto de la seguridad y de los accidentes mortales de trabajadores subcontratados por empresas poco fiables en condiciones infrahumanas, le importa un comino. A Foret sólo le preocupa que el fosfato que compra le llegue bien cribado, cueste lo que cueste, incluso a costa de la contaminación de las costas onubenses.
FMC Foret, S. A. infringe las leyes internacionales, tratando con un gobierno ilícito y con una compañía donde el trabajador es sólo un esclavo, sin leyes ni seguridad que les protejan.
¿Cobardía o inteligencia, la que llevó a la SEPI (antigua INI) a abandonar en 2002 su participación en la empresa de Fos Bucraá? Las recomendaciones del gobierno de Aznar no fueron alentadoras para la SEPI: no era rentable; había también un contencioso con los nativos saharauis que trabajaban en el Fos Bucraá español y que no fueron indemnizados al igual que lo fueron los españoles, quedando a merced de lo que quisieran hacer con ellos los responsables marroquíes.
SEPI no afrontó la realidad y optó por huir, saliendo a hurtadillas por la puerta de atrás.
Nosotros, los saharauis de los territorios ocupados, alzamos nuestra voz contra los Foret, conserveras Calvo, Binter, Top Fly, Naisa… y contra el gobierno socialista, que permiten y son partícipes en primer grado del saqueo de las riquezas de este pueblo humilde.
Foret, S. A.: seguís aferradamente vuestra conjura a espaldas de un pueblo traicionado y humillado. Pero sabed que el pueblo saharaui existirá, pese a quien pese, y obtendrá su victoria. Entonces será un pueblo libre, libre de ataduras de la ocupación marroquí y libre de las ataduras que ejercen los poderes económicos como el que ejerce FMC Foret.
(En memoria de todos aquellos que murieron por sobrevivir)
Epílogo
A una hora del trágico accidente que sesgó la vida de este saharaui de 53 años, el buque de la compañía Ership, S. A., con los cabos por estribor, se preparaba para atracar en la terminal. Era, una vez más, el Sac Flix, un buque de 15.000 Tm; su carga, fosfatos a granel procedentes del as minas de Bucraá; su destino: la empresa FMC Foret, S. A. en Huelva.
La compañía Ership es considerada “non grata” para los saharauis por colaborar con empresas que negocian con Marruecos en el Sahara.
Estas líneas no pretenden ser una noticia sobre quién vende, quién compra y quién coopera en el robo de las riquezas de un pueblo, sino el vivo reflejo de la poca estima que tiene el gobierno marroquí y los ejecutivos de Fos Bucraá para con la vida de los saharauis.
No ha habido ni debe haber demora para la carga del Sac Flix: los marroquíes quieren ser los mejores proveedores de Foret.
El tiempo apremia al hurto.
Fuente: POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
2 de enero de 2008
Este relato está dedicado a la memoria de un buen amigo saharaui que conocí en El Aaiun.
Me llevaron a su casa en un land rover con los cristales oscuros y serpenteando entre las calles de los barrios saharauis de El Aaiun. Es triste decirlo, pero desgraciadamente no todos los barrios de El Aaiun son saharauis.
Entramos en su casa de incógnito, saliendo a toda prisa del land rover y subiendo las escaleras de la casa de tres en tres para no ser vistos por los vecinos. Allí nos recibió un amable y hospitalario saharaui que nos ofreció casa, té y charla en un perfecto español aprendido en la época colonial.
Mi amigo saharaui murió hace unos meses en un accidente. Trabajaba para una subcontrata en las cintas fosfatos del puerto de El Aaiun y fue víctima del mal estado de las instalaciones y de la poca seguridad de la empresa que le explotaba.
Otro buen amigo saharaui y familiar suyo me envió este relato, escrito entre la pena y la indignación.
Javier García Lachica
FORET, LA CONJURA
(In memoriam)
En el noticiario de las 22:00 de la emisora de radio de la RASD se dio una noticia que dejó atónito a un cierto saharaui que, en su jaima, estaba haciendo el habitual té de la noche. Con un temblor en las manos, cogió su destartalado móvil y llamó a sus hijos que estaban en El Aaiun. Apenas terminó de hablar, le confirmaron la tragedia.
Un sudor frío le invadió.
“¡PAPÁ, PAPÁ!... ¿Estás bien?”
“Sí, sí, no os preocupéis. Dadles mi pésame y recordadles que la muerte acecha siempre, y que esta vez se ha llevado a uno muy querido; lo que es de Dios, es de Dios”
El hijo mayor alquiló un Land Rover aquella misma noche. Quería estar cerca de su padre, sabía lo mucho que el difunto representaba para él.
Una honda conmoción se apoderó de todos los trabajadores saharauis. Sería injusto no mencionar a los trabajadores marroquíes que trabajaron con él. Les vi llorar y abrazar al único varón que tenía el difunto, dándole ánimos: “era muy solidario con todo el mundo”, le decían, “aconsejaba y ayudaba aunque a veces le costara un disgusto con los colonos”.
Esta muerte prematura, a los 53 años y en el descanso de su jubilación, es una tragedia para todos.
Pero esta tragedia no es casual.
Fue una vida raptada por los contratos basura, unos infames contratos llevados a cabo por esas pequeñas compañías del terror, la mayoría de ellas en manos de ex directivos de Fos Bucraá o de algún destacado pelotilla, nunca saharaui, porque el nativo no se arriesga en algo que no conoce o, simplemente, no quiere cooperar con el colono.
Todo se remonta a 1965, cuando se comenzó a construir la cinta transportadora que iba a traer los fosfatos de los yacimientos de Bu Craá, situados a más de 100 km. de El Aaiun, y el muelle o cargadero del mineral, con capacidad de carga para buques de gran calado, con un tramo (tramo norte) con capacidad para 100,000 toneladas (actualmente fuera de servicio) y otro tramo (tramo sur) con capacidad para hasta 60.000 toneladas.
La construcción de este proyecto, vanguardista para su época, fue realizada por Krupp – Unión Temporal. Dentro de esta asociación temporal se encontraban empresas españolas como Erpo, Isolux, Abengoa, etc. Había aproximadamente más de 2.000 personas de varias nacionalidades en un trabajo no exento de peligro, eso sin contar con las adversidades meteorológicas.
Pero, lo más sorprendente de todo es que, cuando se entregó la obra a la empresa Fos Bucraá, no hubo que lamentar ninguna pérdida humana durante los cinco años que duró su construcción.
Por desgracia, no podemos decir lo mismo de la actual Fos Bucraá, donde el personal cualificado brilla por su ausencia, dando paso a subcontratos con empresas privadas que nacen de la noche a la mañana y que se dedican a realizar los trabajos de forma chapucera a costa de la seguridad de sus trabajadores y a cambio de que algún jerifalte de Fos Bucraá se llene los bolsillos con las comisiones y los sobornos de turno.
Y no menos vergonzoso es que a FMC Foret, la empresa española que adquiere los fosfatos da Fos Bucraá, todo esto de la seguridad y de los accidentes mortales de trabajadores subcontratados por empresas poco fiables en condiciones infrahumanas, le importa un comino. A Foret sólo le preocupa que el fosfato que compra le llegue bien cribado, cueste lo que cueste, incluso a costa de la contaminación de las costas onubenses.
FMC Foret, S. A. infringe las leyes internacionales, tratando con un gobierno ilícito y con una compañía donde el trabajador es sólo un esclavo, sin leyes ni seguridad que les protejan.
¿Cobardía o inteligencia, la que llevó a la SEPI (antigua INI) a abandonar en 2002 su participación en la empresa de Fos Bucraá? Las recomendaciones del gobierno de Aznar no fueron alentadoras para la SEPI: no era rentable; había también un contencioso con los nativos saharauis que trabajaban en el Fos Bucraá español y que no fueron indemnizados al igual que lo fueron los españoles, quedando a merced de lo que quisieran hacer con ellos los responsables marroquíes.
SEPI no afrontó la realidad y optó por huir, saliendo a hurtadillas por la puerta de atrás.
Nosotros, los saharauis de los territorios ocupados, alzamos nuestra voz contra los Foret, conserveras Calvo, Binter, Top Fly, Naisa… y contra el gobierno socialista, que permiten y son partícipes en primer grado del saqueo de las riquezas de este pueblo humilde.
Foret, S. A.: seguís aferradamente vuestra conjura a espaldas de un pueblo traicionado y humillado. Pero sabed que el pueblo saharaui existirá, pese a quien pese, y obtendrá su victoria. Entonces será un pueblo libre, libre de ataduras de la ocupación marroquí y libre de las ataduras que ejercen los poderes económicos como el que ejerce FMC Foret.
(En memoria de todos aquellos que murieron por sobrevivir)
Epílogo
A una hora del trágico accidente que sesgó la vida de este saharaui de 53 años, el buque de la compañía Ership, S. A., con los cabos por estribor, se preparaba para atracar en la terminal. Era, una vez más, el Sac Flix, un buque de 15.000 Tm; su carga, fosfatos a granel procedentes del as minas de Bucraá; su destino: la empresa FMC Foret, S. A. en Huelva.
La compañía Ership es considerada “non grata” para los saharauis por colaborar con empresas que negocian con Marruecos en el Sahara.
Estas líneas no pretenden ser una noticia sobre quién vende, quién compra y quién coopera en el robo de las riquezas de un pueblo, sino el vivo reflejo de la poca estima que tiene el gobierno marroquí y los ejecutivos de Fos Bucraá para con la vida de los saharauis.
No ha habido ni debe haber demora para la carga del Sac Flix: los marroquíes quieren ser los mejores proveedores de Foret.
El tiempo apremia al hurto.
Fuente: POEMARIO POR UN SAHARA LIBRE
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